Aunque la mayoría los asocie más como compañeros de las comidas, hay muchos vinos que son grandes acompañantes del atardecer y funcionan como excelentes aperitivos.
Unos quesitos, un salame o un pan con aceite de oliva. Una galletita de agua con paté o esa porción de pizza que descansa en soledad en la heladera de la noche anterior. Las siete de la tarde –más en estos momentos que estamos todos en casa– es la hora perfecta para ese tentempié entre el té de las 5 y la cena.
Si bien muchos pueden asociar los aperitivos a los vermú, la cervecita fría, un gin-tonic o un fernet, hay muchos vinos que son ideales para descorchar entre horas. En boca se presentan frescos y son muy fáciles de tomar: dos cualidades esenciales que todo aperitivo debe cumplir.
Desde hace un par de años, las bodegas entendieron que para aumentar el consumo del vino en el país el objetivo es crear nuevas ocasiones de consumo, y en muchos casos lo están logrando. Cada vez es más común ver vinos que se adaptan muy bien para la coctelería, que los rosados son grandes competidores de la cerveza en el verano y que los espumosos dejaron de ser solo “la bebida de las fiestas” o para el brindis.
“Hoy se habla mucho del vino en lata”, afirma Héctor Durigutti, enólogo de Durigutti Family Winemakers. “Creo que es un avance bastante importante para traer a un cierto público consumidor que no se anima a tomar vino y que puede encontrar un producto amable sin grandes pretensiones”.
En el mismo sentido, Ignacio Martinez Landa, Director de Marketing de Bodega Domaine Bousquet, sostiene que “el desafío principal es cómo incluir al vino en nuevas ocasiones de consumo y acercar a ese consumidor que están por fuera de la categoría, para que tengan la posibilidad de explorar y entrar al mundo del vino”.
Proyecto Las Compuertas Cordisco
Se trata de un vino fresco, elegante y muy fácil de tomar. De esos que una botella compartida siempre sabe a poco: es muy probable que al descorcharlo a las siete de la tarde no llegue a alcanzar para la hora de la comida.
Precio: $543.
Alambrado Bonarda
En el caso del Alambrado, de Bodega Santa Julia, este Bonarda proviene del Valle de Uco, Mendoza, dándole un carácter y personalidad muy diferente a sus hermanas del Este. Un vino que se presenta en boca con una acidez jugosa, lo que lo convierte en un excelente aperitivo como un gran compañero de las comidas.
Precio: $380
Andillian Chardonnay
Este Andillian, de Bodega La Coste de Los Andes, tiene el estilo de un Chardonnay moderno, donde se destaca la frescura del varietal en su estado más puro, potenciando su bebebilidad. Ideal para descorcharlo en ese momento que uno quiere dar por finalizado el día laboral, dejar los problemas “para mañana” y relajarse en el sillón junto algún quesito o salame.
Precio: $590
Kaiken Estate Sauvignon Blanc–Semillón
Así nació este blend creado por su enólogo Rogelio Rabino, donde el Sauvignon Blanc le otorga verticalidad y acidez y el Semillón más gordura en boca. ¿El resultado? Un vino blanco versátil, sutil y bien peligroso de beber. “Suelo tener uno siempre listo en la heladera”, afirma Rogelio cada vez que le preguntan por ese vino.
Precio: $320
On the road Malbec
Para los amantes de los vinos orgánicos y biodinámicas, este Malbec elaborado sin sulfitos agregados y es lo que fue bautizado como un vino natural. Y, como todos los de su categoría, está pensado para beber en el año y no para ser estibado, con lo cual la frescura de la fruta está siempre presente.
Precio: $590
Cruzat Pet Nat Chardonnay
Aunque muchas veces uno piensa en los espumosos como un “fin de fiesta” o un brindis post comidas, lo cierto es que las burbujas son perfectas para abrir el apetito: otra de las cualidades ineludibles que debe tener todo aperitivo.
Uno de los últimos lanzamientos que nacieron este 2020 son los Pet Nat de Cruzat, compuestos por un Chardonnay y un Pinot Noir: una apuesta disruptiva de la bodega mendocina dedicada íntegramente a la elaboración de espumosos bajo el método tradicional. Sin embargo, en este caso fueron más atrás en el tiempo y decidieron lanzar dos Pet Nat bajo el método ancestral (el padre de los “Champenoise”).
Hablando del vino, se trata de un espumoso sincero, claro y divertido, donde las levaduras –aún conservadas en la botella– juegan un papel clave para darle una cremosidad bien integrada a la acidez tradicional de toda burbuja bien hecha.
Precio: $650
Casa Yagüe Chardonnay Oak
Este Chardonnay Oak presenta una acidez muy marcada –algo característico de la región–, pero que se acopla muy bien al aporte de barrica francesa, en la cual reposó durante seis meses. Un vino que no acepta puntos medios: lo amás o lo odiás. Obviamente, nosotros estamos entre los primeros.
Precio: $1500
Domaine Bousquet Premium Rosé
En palabras de Rodrigo Serrano Alou, enólogo de la bodega, la búsqueda con este nuevo blend era unir “la frescura de un blanco con el volumen de un tinto”. El resultado es un rosado color piel de cebolla bien al estilo Provence y muy, pero muy, fácil de beber.
Precio: $439