Anne, la economista francesa en las viñas de Tupungato

Renun­ció a su car­go de  vice­pre­si­den­te de una com­pa­ñía de  Aná­li­sis Eco­nó­mi­co para toda Euro­pa para ins­ta­lar­se en Tupun­ga­to y hacer vino mendocino. 

Del gla­mour del cha­teau en Car­ca­so­ne a la agres­te fin­ca de Tupun­ga­to que se con­vir­tió en su segun­do hogar, Anne Bous­quet, fun­da­do­ra de Domai­ne Bous­quet ase­gu­ra que Men­do­za le cam­bió la vida y la puso fren­te un desa­fío impen­sa­do. Amplia son­ri­sa, ojos vibran­tes, ele­gan­te, con la sen­ci­llez de quien no tie­ne nada que demos­trar­le al mun­do y con su incon­fun­di­ble acen­to fran­cés nos abrió las puer­tas de la bode­ga para cono­cer la inti­mi­dad de una mujer que se ena­mo­ró de estas tierras.

 

¿Cómo lle­gas­te a Mendoza?

Mi padre lle­gó a fina­les de los 90. Había com­pra­do este cam­po vir­gen. Vine por pri­me­ra vez con mi mari­do. Vivía­mos en Bos­ton, don­de yo era eco­no­mis­ta para la indus­tria del papel.

Vini­mos a ver a mi padre por pri­me­ra vez en el 2001, cuan­do Argen­ti­na esta­ba terri­ble pero me ena­mo­ré de este lugar des­de el pri­mer momen­to. No era lo que es aho­ra. Tenía solo la casa peque­ñi­ta y la terra­za. En ese momen­to deci­di­mos hacer vino orgá­ni­co y fui­mos pioneros.

En las viñas de Car­ca­so­ne (Fran­cia) sufría­mos mucho el tema de la llu­via para lo cual se emplea­ban quí­mi­cos. La ven­ta­ja acá fue que el cli­ma ayu­da al orgánico.

Plan­ta­mos y tuvi­mos que ser pacien­te. Mi padre tomó su base acá, yo en Bos­ton como eco­no­mis­ta y mi mari­do tra­ba­ja en la bol­sa. En 2003 empe­zó a tener cose­cha y nos lla­mó para acti­var las ven­tas y deci­di­mos inte­grar­nos a la empre­sa. Nos muda­mos a Bél­gi­ca y des­de Bru­se­las ven­di­mos las pri­me­ras bote­llas de vino en la feria de Pro­vi­ne por­que tenía­mos cer­ti­fi­ca­ción orgánica.

En el 2006 el mono­po­lio de Sue­cia lan­zó una lici­ta­ción para com­prar vino men­do­cino orgá­ni­co y no había mucho en ese momen­to. Gana­mos la lici­ta­ción. Ven­di­mos 250 mil bote­llas y con eso todo se ace­le­ró. En el 2008 había­mos ven­di­do el  millón de bote­llas. Aho­ra ven­de­mos 7 millo­nes anua­les.  Ahí me padre nece­si­to ayu­da con la ven­ta y la pro­duc­ción. Deci­di­mos venir a vivir acá.

¿Dejas­te todo y te vinis­te a Tupungato?

Renun­cié a la  vice­pre­si­den­cia de la com­pa­ñía en el 2008 y en mar­zo del 2009 está­ba­mos acá.

¿Cómo fue la adap­ta­ción para vos y tu familia?

Ten­go solo una hija y tenía un año cuan­do nos muda­mos. Mi segun­do hijo fue esta empre­sa. Al prin­ci­pio fue difí­cil por­que no habla­ba espa­ñol. Había estu­dio inglés y ale­mán. Apren­dí el espa­ñol con el ejer­ci­cio de todos los días. Mi hija es la argen­ti­na de la fami­lia, por­que ella habla espa­ñol  men­do­cino. Yo hablo fran­cés, mi mari­do es de Irak y cre­ció en Madrid.

¿Cómo con­ti­nuó el pro­yec­to y por­que te fuis­te a vivir a Miami?

En el 2011 mi padre se reti­ra del pro­yec­to y des­pués hici­mos la empre­sa con mi mari­do. En el 2014 comen­za­mos a pen­sar en otros mer­ca­dos. Noso­tros somos fuer­tes en Euro­pa. Ven­de­mos en a casi toda Euro­pa excep­to Espa­ña e Ita­lia pero en Fran­cia ven­de­mos por­que mi her­mano esta allá y es socio de la empresa.

Sin embar­go EEUU no tan­to. Por eso en el 2014/2015 deci­di­mos abrir nues­tra pro­pia impor­ta­do­ra en EEUU y ele­gi­mos Mia­mi por­que es lo más cer­ca y conec­ta­do. De Tupun­ga­to a Miami.

¿Cómo fue tu rela­ción con Mendoza?

Al prin­ci­pio fue difí­cil. Tra­ba­já­ba­mos mucho. Arman­do equi­po acá. Te da ale­gría que había mucha gen­te de Tupun­ga­to tra­ba­jan­do con nosotros.

Como eco­no­mis­ta poder estar en una zona en pleno desa­rro­llo y ver ese desa­rro­llo es increí­ble. Una satis­fac­ción. Men­do­za cam­bió mi vida.

¿Es una polí­ti­ca de la empre­sa tomar gen­te de la zona?

Esta tie­rra nos ha dado tan­to a noso­tros que nues­tra for­ma de retri­buir­le es dan­do empleo. Los tupun­ga­ti­nos que tra­ba­jan con noso­tros te dicen que nun­ca pen­sa­ron que esta zona iba a tener el poten­cial que tie­ne 20 años después.

¿Vos te ima­gi­na­bas hace 20 años que esta­rías acá, sien­do la cabe­za de un pro­yec­to como este en la otra par­te del mundo?

No, para nada. Pero tra­ba­ja­mos tan­to, y nos ena­mo­ra­mos de esta tie­rra y de su gen­te. Argen­ti­na no siem­pre acom­pa­ña en su economía.

¿Y como se adap­ta­ron a los cam­bios polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos de este país?

Vivir en el país es la mane­ra, ahí entien­des los cam­bios y la for­ma de pen­sar. Por eso noso­tros siem­pre tene­mos argen­ti­nos en los car­gos más altos, por­que ellos nos ayu­dan con su pen­sa­mien­to a acla­rar­lo.  Un direc­tor finan­cie­ro tie­ne que ser argen­tino para enten­der­lo. Esto para mi es una gran fami­lia con los emplea­dos. Por eso te digo que es mi segun­do niño por­que he pues­to mucho acá.

¿Cómo cono­cis­te con tu marido?

A mi mari­do lo cono­cí en Minis­sot­ta. Había hecho mis 4 años de uni­ver­si­dad en Fran­cia y me fui de inter­cam­bio para per­fec­cio­nar mi inglés e hice un Mas­ter en Eco­no­mía Apli­ca­da. Deci­dí que­dar­me. Había pocos euro­peos. Esta­ba con los espa­ño­les y así nos encontramos.

¿Cómo es esto de vivir un tiem­po en un lado y otro tiem­po en otro lado?

Siem­pre pien­so que es un lujo de mi vida  tener mi casa acá y mi casa allá. Mia­mi es tro­pi­cal, la pla­ya y super social, y acá es vida de cam­po.. más tran­qui­la. Acá es mucho comer y mucho tomar. (rie)

¿Qué per­fu­me usas?

Uso Made­moi­se­lle de Coco Chanel

¿Qué vino te abrís si estas sola?

Ten­go eta­pas, aho­ra mis­mo el Pinot Noir. Igual depen­de por­que el pala­dar evoluciona

Sacan­do vinos fran­ce­ses y argen­ti­nos ¿de qué otro lugar te gus­ta los vinos?

Ita­lia­nos
¿Qué ropa te gus­ta usar?

Ropa cómo­da. Si voy a even­to bus­co ropa mas sofis­ti­ca­da pero me cam­bio mucho y me gus­ta tener ropa cómo­da, aun­que con un esti­lo fran­cés o italiano.

¿Dón­de com­pras ropa o cosmética?

Algo en Mia­mi, pero más en Fran­cia. Aun­que acá en Argen­ti­na las muje­res son muy ele­gan­tes y tam­bién encuen­tro cosas de ese esti­lo euro­peo. Me pon­go muy poco maquillaje.

Si te tie­nen que hacer un rega­lo¿Qué te gusta?

Me gus­ta cuan­do mis ami­gas me dan una tar­je­ta de gift con un masaje.

Algo que te gus­te mucho…

Ten­go poco tiem­po para mi. Enton­ces valo­ro mucho los momen­tos que estoy sola. Me encan­ta los momen­tos que estoy en el avión por­que no ten­go señal. Nadie tie­ne acce­so… Leo y veo pelí­cu­las que no ten­go tiem­po de ver.

Se me hacen cor­tos los vuelos!

Fuen­te: https://voila.ar/anne/

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